No parece que sea muy natural comparar carnaval con deporte, pero en  este caso hablamos de una modalidad deportiva, la San Silvestre, en la  que ambas disciplinas combinan a la perfección.
Correr disfrazados  el último dia del año constituye en otras localidades una afición muy  arraigada, teniendo como principal bastión la San Silvestre Vallecana  donde corrieron este año 35.000 aficionados (¡Ahí es ná!), muchos de  ellos disfrazados.
Afortunadamente en Mérida también desde es año pasado se está tratando de introducir esta saludable y divertida afición.
De  este modo, el pasado dia 30 (un dia antes) se celebró en la tarde-noche  esta festiva carrera sobre un trazado de 6 Km, con salida y llegada en  la barriada de la Antigua.
Corrieron,según las crónicas oficiales unas 500 personas, gran parte de los cuales iban con atuendos carnavaleros.
Un  grupo disfrazados de pollos, un superhéroe, unos papas noeles, unas  mamás noeles, pelucas, gorros de Santa Claus, y lo mejor de la noche,  Zapa y Quico, su sobrino, disfrazados de Martas Domingas.
Fueron el  puntazo de la carrera, ambos con sus pelucas rubias, sus cintas rosas en  el pelo, sus camisetas de la selección española que dejaban entrever  unas abultadas domingas, y lo que es mejor, unas enormes jeringas con  las que durante la carrera ofrecían inyecciones de “moral” al resto de  corredores.
Zapa demostró una vez más (el año pasado también  participó disfrazado de Rafa Nadal), que esto del carnaval se lleva en  la sangre los 365 días del año.
Por supuesto me quedo también con  toda esa gente que iba disfrazada, y que no eran carnavaleros (o al  menos yo no los conozco). Ojalá también se animen a disfrazarse cunado  lleguen los carnavales, pues por supuesto doy por hecho que Zapa si lo  que lo hará.



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